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POR LA LIBERACION NACIONAL SOCIAL ,LA REVOLUCION Y EL SOCIALISMO.
EN LA COMUNA 5 ACOSTA 2015
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jueves, 30 de octubre de 2014
30/10/2014 LUJAN BAJO EL AGUA - CALOR, INUNDACIONES y CORTES DE LUZ - OTRO VERANO INFERNAL
martes, 28 de octubre de 2014
1 DE NOVIEMBRE -17HS - MARCHA CONTRA EL GENOCIDIO EN KOBANE EN EL OBELISCO
Súmate, EVITEMOS EL GENOCIDIO a los pueblos de Kobane y Shengal!
Contra el Estado Islámico, Por Kobane y Por la humanidad!
Nos manifestamos en apoyo a la resistencia de las YPG y YPJ en Kobane que combaten por la humanidad!
viernes, 24 de octubre de 2014
23/10/2014 - GENDARMERIA REPRIME A TRABAJADORES DE LEAR EN PANAMERICANA - BERNI EL PRINCIPAL RESPONSABLE
Gendarmería reprimió a trabajadores de LEAR en Panamericana
22/10/2014- TRABAJADORES FERROVIARIOS DE ENFER Y TASTSA RECLAMAN POR SALARIOS Y LA ESTATIZACION DE LA FABRICA
sábado, 18 de octubre de 2014
CONVOCATORIA POR UNA ALTERNATIVA NACIONAL, POPULAR Y REVOLUCIONARIA
Participamos de la necesidad de una organización política independiente del poder del actual Estado, que se proponga avanzar desde el Nacionalismo Popular Revolucionario hacia la Segunda Independencia y Unidad de Nuestra América y la refundación estatal
La mayoría de los sistemas institucionales de Nuestra América son hijos de la derrota de los patriotas que, en el siglo XIX, intentaron construir la independencia política en el marco de la unidad regional apoyándose en los sectores más humildes.
Fracasado el Congreso Anfictiónico de Panamá (1826) las burguesías nativas, al servicio del poder económico y al divisionismo de la política británica, traicionaron aquellos ideales. Del destruido intento de unidad quedó instituida la fragmentación en los países que hoy tenemos. Aquel poder masacró a indios, negros y criollos pobres.
Sobre la sangre de quienes protagonizaron la Primera Independencia sancionaron las constituciones -la mayoría de las cuales todavía nos rigen- y nos dieron las instituciones que nos siguen gobernando. La defensa irrestricta de la propiedad privada, como sostén del capitalismo dominante; la democracia representativa, al servicio de sectores políticos apropiadores de la soberanía del pueblo; la exaltación de los colonizadores valores occidentales fueron guías de tal construcción, también de la negación de los 30 mil años de vida y organización precedentes desde el origen del Abya Yala.
Es por ello que recogemos el mandato histórico de las luchas de los antiguos pobladores de estas tierras, reconocidos como Pueblos Originarios, con más de 500 años de resistencia al colonialismo. Una tragedia constante, arraigada en un eurocentrismo todavía vigente, que tiene sus puntos más altos en las diversas “campañas” para la ampliación de las fronteras agropecuarias, particularmente la llamada Conquista del Desierto perpetrada por el General Roca (1878/1885). Las cacerías y envenenamientos masivos en las provincias patagónicas y Tierra del Fuego a fines del siglo XIX y primeros años del XX; el combate de Quera (Jujuy -1875), calificado en el parte oficial como el aplastamiento de “la última montonera que subsistía en la República”; la Masacre de Napalpí (Chaco -1924).
También reivindicamos como propias las luchas de los trabajadores de nuestra patria, que jamás se resignaron a perder su dignidad.
La que protagonizaron los trabajadores industriales de los Talleres Vasena (Buenos Aires -1919); la de los trabajadores del monte y la industria en La Forestal (Chaco santafesino -1919/1921); la rebeldía de los peones rurales de la Patagonia Trágica (Santa Cruz -1920/1921), todas ellas con una fuerte presencia anarquista.
La gesta de los trabajadores del Gran Buenos Aires y la Capital Federal el 17 de Octubre de 1945, que diera origen al peronismo; la Resistencia Peronista del ´55 al ´73; los “azos” del 69 que culminaron en el glorioso Cordobazo; la Coordinadora de Gremios, Comisiones Internas y Cuerpos de Delegados en Lucha de 1975; la Resistencia a las dictaduras militares; la Resistencia al neoliberalismo y la irrupción del movimiento piquetero en los años ´80 y ´90; la masiva rebeldía popular del 19 y 20 de Diciembre de 2001.
Estas son, entre otras tantas, algunas acciones que tuvieron como protagonistas a las mujeres y hombres de trabajo de nuestra Patria que sembraron las semillas de un futuro más justo, al que pretendemos contribuir.
Todas estas luchas tuvieron propuestas que supieron contener las demandas de sus respectivos tiempos. Nos reconocemos en los contenidos históricas de los Programas de La Falda (1957), Huerta Grande (1962), el Programa del 1º de Mayo de la CGT de los Argentinos (1968), los “26 puntos” de la CGT (1985).
La lucha por la unidad de Nuestra América, en el marco de la Segunda y definitiva Independencia, está vinculada con el desarrollo de formas no capitalistas y la refundación de las instituciones de los actuales Estados. Esto será posible si logramos establecer la soberanía del pueblo, más allá de las limitaciones de estas democracias representativas.
Esta necesidad requiere de nuevos paradigmas que den cuenta de la inviabilidad del progreso infinito y un desarrollo fundado en el mero crecimiento, que no respeta los límites del planeta en el que vivimos. En el mismo sentido habrá que revisar aquello que nos impide aprehender valores de nuestra propia historia y que no nos permite integrar plenamente el aporte de las mujeres, que una civilización patriarcal viene relegando.
Todo lo anterior nos lleva a la convicción de la necesidad de construir formas de organización que reconociendo la importancia de los actuales Estados sea independiente de los mismos. Ella debe permitirnos llevar adelante políticas revolucionarias que, tras los objetivos señalados, sean capaces de ir construyendo el poder popular, el poder del pueblo organizado, ir desmantelando el poder de los sectores dominantes, todo ello como antecedentes de una necesaria refundación estatal. Ese es nuestro compromiso.
Formamos parte de esta situación regional y mundial
El mundo actual, todavía dominado por los que son conocidos como los “países centrales”, está atravesando una crisis civilizatoria. A ella contribuyen dos características centrales, profundamente articuladas entre sí. Se trata de la decadencia de la cultura occidental, de la que seguimos siendo tributarios, y la crisis capitalista, sistema en el que se inscribe la realidad cotidiana de nuestra vida económica.
La cultura occidental, atada al capitalismo vigente, es la característica del poder que, en los últimos siglos, modeló al mundo. Allí está el núcleo duro del proceso de conquista y colonización que han vivido los pueblos de Nuestra América. Los procesos independistas del siglo XIX rompieron los lazos político-estatales con las metrópolis europeas pero terminaron destruyendo el incipiente desarrollo propio, de características colectivas y comunitarias, fortaleciendo los nudos que nos ataban a la cultura de los conquistadores y la economía en la que se sustentaba.
El actual capitalismo occidental, con innegables muestras de su crisis y agotamiento, nos enfrenta a graves perspectivas. Es la civilización del mundo burgués la que llegó a su tope y está recorriendo el camino de su autodestrucción.
Su crisis actual, junto a la irrupción del avasallante avance chino, nos propone desafíos apasionantes. Esta situación abre un enorme campo de posibilidades a nuestros pueblos.
La continuidad del predominio del actual sistema capitalista resulta cada vez más difícil y complejo de sostener.
Su modo de producción demanda nuestros recursos naturales -más propiamente bienes comunes (alimentos, agua, minerales, petróleo, territorio)- y confronta con la resistencia de nuestros pueblos a ese extractivismo expoliador. Su crisis financiera pone en cuestión la sobrevivencia del dólar como moneda universal. Su pretensión de homogeneizar el consumo, gustos y valores de toda la humanidad choca con las tradiciones, historia y formas de ser de gran parte de la misma.
Ante estas conflictivas perspectivas el sistema dominante apuesta la continuidad de su dominación mediante instrumentos que le permitan mantener esa supremacía. Entre ellos cabe destacar: Su despliegue y predominio tecnológico; el control y utilización del sistema mediático y de los variados instrumentos de comunicación informática; la influencia en los organismos e instituciones internacionales; la promoción, exacerbación y aprovechamiento de contradicciones internas (políticas, religiosas, culturales) en aquellas sociedades que pretende controlar. Cuando este conjunto de medios se revelan insuficientes queda –para imponer sus intereses- el poderío militar de los Estados Unidos, que concentra en un solo país la mitad del gasto mundial en esta materia.
La actual crisis civilizatoria, que pone en riesgo a nuestro hogar común –el planeta tierra-, es universal y las respuestas deben ser del mismo carácter. No es posible imaginar una humanidad amigable con la naturaleza mientras subsista el capitalismo, al servicio de mayores ganancias y de un insaciable consumismo para satisfacerlas.
En este contexto se dan las recurrentes crisis del capitalismo pero, ante la ausencia de un sistema alternativo y superador, éste las puede sortear y emerger de las mismas con un mayor nivel de concentración. Ninguno de nuestros países está, por sí solo, en condiciones de ser autónomo respecto de ese poder.
De allí la posibilidad y necesidad de ofrecer una respuesta regional capaz de construir un sistema independiente del capitalismo imperial. El control soberano sobre nuestros bienes naturales comunes y un sistema financiero propio podrían ser el punto de partida de la misma.
El progresismo latinoamericano está llegando a su techo. El amesetamiento actual reconoce su origen en diversas causas. No haber roto los lazos que nos atan al imperio, sus políticas financieras y extractivistas, es una de ellas. Otra radica en el hecho de no haber desarrollado una fuerza propia adecuada, el poder del pueblo organizado.
La permanencia de las instituciones heredadas de las traiciones del siglo XIX, es la manifestación del límite para los cambios necesarios. Orgullosas excepciones lo constituyen los intentos y avances hacia el Estado Comunal en la Revolución Bolivariana de Venezuela y aquellos conceptos de la vida comunitaria de los antiguos pobladores, de la actual Bolivia, integrados a las perspectivas socialistas de nuestros tiempos.
Estamos frente a una contraofensiva del imperialismo y el capital concentrado
El hito del ¡Que se vayan todos, que no quede ninguno!, que guiara la rebeldía popular del 19 y 20 de diciembre del 2001, tiene vinculación con lo ocurrido desde esos días hasta la fecha. El hecho, común a la mayor parte de los gobiernos de la región, de no haber atacado al sistema financiero y no romper los vínculos con el extractivismo caracteriza a lo ocurrido en estos años y al gobierno kirchnerista.
El movimiento popular no encontró formas adecuadas de organización, no fue capaz de construirlas y sus fuerzas se fueron diluyendo.
Una favorable situación internacional hizo que el gobierno contara con recursos que le permitieron dar algunas respuestas a necesidades populares. Ante la falta de voluntad gubernamental para abordar los cambios necesarios y el debilitamiento de las organizaciones populares, que se fueron encerrando en sí mismas, las demandas colectivas se fueron reduciendo a los microproblemas y las respuestas en microsoluciones. El poder económico no sólo permaneció intangible, sino que creció, se concentró y aumentó su trasnacionalización.
No haber aprovechado las energías de aquella rebeldía se manifiesta en varias cuestiones que están en el centro de las problemáticas actuales.
El gobierno, en vez de construir un nuevo sistema de poder, orientó su esfuerzo hacia la recreación de la gobernabilidad de un sistema obsoleto, cuestionado por el “argentinazo” de diciembre 2001.
En lugar de encauzar a ese emergente social hacia la construcción organizada de un poder popular el mismo fue conducido hacia su fragmentación y la dependencia del Estado.
El modelo neodesarrollista, que forma parte de la debilidad de nuestro progresismo y ocupara el lugar central de la acumulación económica, derivó en gigantescas transferencias de ingresos a los “empresarios” titulares del mismo. Ese proyecto, del cual muy poco se habla porque se lo encubre en la idea del “modelo nacional y popular”, está en la raíz de una generalizada corrupción, que sí ocupa las principales planas de los medios y políticas opositoras. Se trataba del intento de construir un proyecto, en el marco de un denominado “capitalismo serio”, económicamente protagonizado por una inexistente e históricamente inviable gran burguesía nacional. La tradicional vinculación de buena parte de la misma con sectores trasnacionalizados vino de la mano con los obvios intentos desestabilizadores del poder imperial
Esta nueva frustración, expresada en esta “década desperdiciada”, debe hacernos reflexionar sobre el daño al movimiento popular por el despliegue de estos atolladeros sin salida.
Estos modelos se vuelven inviables con el paso de los años, el pueblo paga los efectos de su falta de sustentabilidad a largo plazo. Leyes antirrepresivas y judicialización de las protestas se constituyen en los elementos legales para frenar las luchas populares, cuando la cooptación y el clientelismo se vuelven insuficientes. Esa ha sido, en el mejor de los casos, la historia de los grupos de poder que dictan las políticas –con escasa excepciones- desde el Golpe de 1955, hasta nuestros días. Para hacerlo posible derogaron, por un bando militar la Constitución de 1949, cuyos postulados reivindicamos como piso de conquistas alcanzadas, particularmente aquellos referidos a: los derechos sociales, la función social de la propiedad, el capital y la actividad económica, la pertenencia originaria al Estado de las empresas de servicios públicos y la soberanía nacional sobre los recursos naturales (arts. 37/38/39/40).
Somos parte de la debilidad de las fuerzas revolucionarias, sus avances, retrocesos y la dispersión del campo popular
El kirchnerismo avanzó más por la fuerza del discurso que por la práctica. Éste tomó aspectos vinculados a la Resistencia de los 90, con sus sujetos emergentes y las denuncias a nuestro sistema de poder, que eclosionaron en las rebeldías del 2001/2002. Ello permitió una mayor comprensión política acerca del enemigo, sin terminar de definir el sujeto social y características de los cambios a producir.
Tras una primera etapa con una necesaria asistencia social, frente a la emergencia, la generalización y extensión en el tiempo de indiscriminados subsidios y el asistencialismo, que –muchas veces- derivó en clientelismo, ocuparon el lugar de una insoslayable transformación económica que modificara la matriz productiva del tradicional modelo agro-exportador y las relaciones de producción imperantes.
Las disociaciones entre discurso y práctica, por parte del oficialismo, ocultaron la inexistencia de una política efectiva para la construcción del poder popular. La dispersión del campo popular ante las conveniencias de ese poder estatal fue el signo de estos años.
Las fuerzas revolucionarias afectadas por el discurso y la dispersión operada fueron incapaces de elaborar una alternativa que fuera visualizada como válida. Inclusive, en algunos casos, terminaron subsumidas en proyecto o estrategias de enemigos históricos.
Tomamos como propia la resistencia al sistema y a las políticas que le son funcionales y la tarea de construcción del nuevo poder
Resistir construyendo puede considerarse como la clave para la construcción de un nuevo poder, el del pueblo organizado. No se trata de resistir a tal o cual gobierno de turno, sino ejercer la resistencia popular contra el sistema explotador y dependiente, pero al mismo tiempo ir sentando las bases del nuevo tipo de sociedad. Transformar la tarea cotidiana de recuperar derechos en el poder constituyente, un contrapoder respecto del actual poder constituido.
Esta tarea militante y de construcción revolucionaria puede ser considerada como el soporte que prepare las condiciones para una nueva oleada de transformaciones que haga efectivos los sueños irrealizados de otras generaciones.
La “Generación del 70” lo intentó a través de la lucha armada. Décadas después serían las masivas rebeldías populares (Caracazo en Venezuela, la Guerra del agua en Bolivia, Argentinazo en diciembre 2001). Ninguno de estos intentos alcanzó el nivel de los sacrificios y sueños de sus participantes, pero todos dejaron semillas que habrán de fructificar. Ahora son los tiempos de preparar el terreno para nuevas insurgencias.
Construir, en medio de las luchas de los trabajadores y el pueblo, el nuevo poder. Ese que será capaz de hacer realidad la democracia de masas. Poner en marcha y sostener las nuevas relaciones entre las personas y de éstas con su entorno para hacer realidad la Segunda y definitiva Independencia, refundando al Estado y construyendo al socialismo de nuevo tipo enraizado en el nacionalismo popular revolucionario que alimentó las luchas de nuestros pueblos.
Esas son las tareas a las que nos comprometemos y a las que convocamos.
LOS EJES DEL PLAN DE ACCIÓN QUE HOY NOS CONVOCA
Promover y organizar la producción popular de bienes y servicios. (Mercados populares, viviendas por autoconstrucción, planificación de programas productivos), e impulsar un gran plan de obras públicas y de infraestructura para generar puestos genuinos de trabajo.
Impulsar la lucha para la discusión en paritarias libres de las condiciones laborales e indexación salarial, mientras dure el actual proceso inflacionario.
Fortalecer y fortalecernos promoviendo la unidad y organización de los trabajadores sin perjuicio de la central sindical a la que pertenezcan. Promover su plena participación democrática en la vida de las organizaciones sindicales con todo lo que ello implica, ya que el marco legal favorece claramente a las estructuras burocráticas y verticalistas de las mayoría de los sindicatos.
Ser parte de todas las luchas de las mujeres del campo popular, para visibilizar su protagonismo indispensable en el proceso de liberación contra el opresor y el patriarcado. Incorporar las reivindicaciones de género por la igualdad en las relaciones laborales, en la participación política y sindical; por el aborto libre, seguro y gratuito; en la lucha contra la trata y contra toda violencia hacia las mujeres.
Luchar por reconocimiento de la organización de todos los sectores excluidos.
Procurar la formación de un frente de lucha de trabajadores asalariados, sectores excluidos, estudiantado, productores de la agricultura familiar de subsistencia y antiguos pobladores (pueblos originarios)
Advertir que las mejoras en materia de Seguridad y la responsabilidad patriótica de la Defensa Nacional son impracticables sin la participación orgánica del pueblo y la voluntad de unidad nuestroamericana.
Ratificar la necesidad de investigar los títulos de quienes reclaman el cobro de la deuda externa, no pagar los aspectos “odiosos”, ilegales o fraudulentos, identificando a sus responsables.
Sumarnos a la lucha contra la economía extractivista y la “sojización”, la defensa del medio ambiente, la soberanía alimentaria, la salud del pueblo y la soberanía nacional. Desarrollando las bases para elaborar una actualizada Reforma Agraria, y organizándonos por la recuperación de nuestras empresas e industrias estratégicas como los ferrocarriles, las empresas de comunicación y de producción energética.
Promover la estatización del comercio exterior y del sistema financiero.
Sostener la necesidad de una educación pública y popular, alentar las experiencias locales de generar núcleos educativos alternativos.
En el marco de una estrategia nacional aportar a la construcción del contrapoder local, como una simiente del socialismo a construir.
Preparar las condiciones para intervenir en los procesos electorales si con ello fortalecemos nuestra acumulación de fuerzas y servimos a los demás objetivos propuestos.
Plantear la necesidad de la refundación del Estado Nacional y la construcción de nuevas instituciones emanadas de la soberanía del pueblo. Discutir y promover una reforma constitucional que tenga como piso la de 1949 y sin techo para la consagración de derechos populares e institucionales que pongan al servicio del pueblo los resortes de la economía y las riquezas de la Nación.
Luchar contra toda forma de dominio imperialista, contribuyendo a la construcción de la unidad de Nuestra América, en una Segunda y definitiva Independencia.
Desde este lugar de encuentro y acción aspiramos a contribuir a la construcción de un FRENTE DE LIBERACIÓN NACIONAL Y SOCIAL, para la lucha dentro del país y promover un MOVIMIENTO DE ORGANIZACIONES REVOLUCIONARIAS DE NUESTRA AMERICA como instrumentos para alcanzar los objetivos propuestos, por los cuales miles y miles de compañeros lo dieron todo por generaciones y generaciones. Esa gigantesca energía es patrimonio común de todo nuestro Pueblo y con ella alimentaremos nuestra lucha e iluminaremos el camino del futuro.
La Voluntad
Organización Libres del Pueblo (OLP)
Convocatoria para la liberación nacional y social
Ferroviarios por la liberación
Agosto 2014, Argentina.
VALEO EJEMPLO DE LUCHA Y UNIDAD
luchas, comienzan a encabezar la locomotora que la propia burguesía es incapaz de frenar.
APARECIO EL CUERPO DE LUCIANO ARRUGA
Apareció el cuerpo de Luciano Arruga. No sorprende la cantidad de años que pasaron desde su desaparición. Tampoco sorprende que nos cuenten el cuento del accidente de tránsito o nos quieran convencer que si estuvo casi 6 años enterrado como NN en un cementerio público, tras haber pasado por un hospital público y con la bendición de un juez nacional quearchivó la causa, fue por "errores administrativos" o "irregularidades".
Sabemos que a Luciano la policía lo tenía marcado desde hacía tiempo, que lo venía hostigando para que saliera a robar y que él se negaba. Que se lo llevaban detenido para torturarlo por su negativa a agachar la cabeza. Esa realidad es la misma que viven miles de pibes todos los días en los barrios; una realidad que, desde 1983 hasta hoy, se cobró más de 4.200 vidas de pibes a través del gatillo fácil y las torturas en lugares de detención. Entre ellos, más de 200 están desaparecidos. Luciano es uno de ellos. El gatillo fácil, la tortura, las detenciones arbitrarias y el verdugueo constante son las herramientas con las que el aparato represivo estatal impone el orden y el disciplinamiento, para garantizar el control social en los barrios. De esos más de 200 desaparecidos, pocos lograron, como Luciano, trascender el cerco mediático. En todos los casos fue gracias a la lucha de las organizaciones populares. Haber encontrado el cuerpo de Luciano también es una victoria de la lucha popular.
Nada de lo sucedido con Luciano nos sorprende, porque pasaron 17 años antes de que la instalación de cloacas en los suburbios de un pueblo cordobés descubriera el cuerpito de Alejandro Flores, el nene de 5 años atropellado por un patrullero y enterrado por los policías. Porque a Emilio Blanco, de 17 años, lo mataron a golpes y con la "bolsita" en la comisaría de Chascomús en 1997, y tiraron el cuerpo a las vías para que pareciera un accidente; o porque unos años antes, en Salta, el platense Diego Rodríguez Laguens, murió en la tortura en la comisaría, y los policías lo arrojaron en la ruta para que los camiones le pasaran por encima. Después, lo enterraron como NN, igual que Facundo Rivera Alegre, "el Rubio del Pasaje", desaparecido en Córdoba en 2012, hasta que se encontró lo que quedaba de él en la sala crematoria del cementerio de San Vicente. Porque seguimos buscando a Daniel Solano, a Julio López, a Iván Torres, a Marita Verón, a Martín Basualdo, a Diego Duarte, a centenares más, y desde hace una semana, a Lucas Fernando Díaz.
En cualquier sociedad donde reinen el privilegio y la desigualdad es necesaria la represión. En cualquier sociedad con ricos y pobres es necesario que haya un opresor y un oprimido. Y en cualquier sociedad que se sostenga de este modo será igualmente necesaria la organización y la lucha popular, para que no haya más pibes como Luciano y para seguir peleando por los 200 desaparecidos en democracia.
CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional
en el
CONDENARON A FERNANDO ESTECHE A 4 AÑOS Y 6 MESES DE PRISIÓN
jueves, 16 de octubre de 2014
ELECCIONES EN BOLIVIA : GANO EVO MORALES CON EL 60% DE LOS VOTOS
La candidatura del ex alcalde de La Paz, el también opositor Juan del Granado, consiguió el 2,69 por ciento de los sufragios y el dirigente indígena Fernando Vargas, el 1,47, reportó la agencia Efe.
Según el recuento publicado por el TSE en su página web, hasta hoy miércoles se escrutaron 1.180 de las 1.200 actas recibidas desde el extranjero, que contienen 157.727 votos válidos, 1.906 en blanco y 6.615 nulos.
La mayoría del voto emigrante se concentró en Argentina, España y Brasil, y en total se instalaron 1.200 mesas electorales administradas por 7.200 jurados en 67 ciudades del exterior.
Los bolivianos que viven en Japón, Corea del Sur, China y la India fueron los primeros en votar en estos comicios debido a la diferencia horaria.
El gobierno del presidente Morales es el primero que autorizó el voto a los emigrantes bolivianos residentes en el exterior, una exigencia que reclamó cuando era diputado de una bancada minoritaria, pero ninguna otra administración anterior a la suya aceptó poner en marcha el voto en el exterior.
La oposición ha denunciado reiteradamente que los candidatos opositores no tuvieron las mismas facilidades que el partido oficialista para realizar campaña electoral en el extranjero.
Además del supuesto uso de recursos públicos durante la campaña del que acusan los opositores a Morales, muchos de ellos tienen también procesos abiertos ante la Justicia boliviana motivo por el cual decidieron escapar de su país.
Es el caso, por ejemplo, del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y varios de sus ministros, por el cual Bolivia reclama la extradición a Estados Unidos, hasta ahora sin suerte.