A mis hermanos, compañeros, camaradas:
Nuevamente en prisión, como en la Dictadura de Lanusse, de López Rega e Isabel y sus “3 A”, de Videla, Massera, Agosti y Martínez de Hoz, del “demócrata” Alfonsín, y ahora con este gobierno y un poder judicial corrupto y clasista.
Son trece las Navidades y Año Nuevo que todos ellos me impidieron estar co mis seres queridos. ¿Pensarán que me doblegarán?
¿Y porque estoy nuevamente en prisión?
Por haber participado de un “escrache” a la madriguera del asesino Sobisch, ex gobernador de Neuquén, quien mandó su policía brava a matar al trabajador, docente y compañero Fuentealba.
Fue un 4 de abril del 2007. Si viuda e hijos siempre lo recordarán y claman por justicia.
Ya no soy el de antaño. Tengo mis 64 años y por el cuero van rodando torturas, huelgas de hambre y ahora una operación de próstata con secuelas. Pero soy el de siempre, con los sueños, luchas y proyectos que me conocen.
Espero, junto a mi compañero Fernando, que nuestra prisión no resulte cómoda para la militancia popular.
La tomamos como es: una revancha de los sectores neoliberales derrotados en el 2001. Hoy se corporiza en nosotros, pero vienen por todos. Frenarlos dará pie al pueblo para resistir y defender los derechos adquiridos y conquistados durante estos 13 años.
Estamos en manos de una “Justicia” Federal (Tribunal Oral Federal n°3) que absuelve a De la Rua y otros criminales pero condena a militantes populares. Su revancha la prolongan agravando la condena (3 años y 6 meses para mi caso, 3 años y 8 meses para el caso de Fernando) y en agravar las condiciones carcelarias.
Derechos a los que pueden acceder todos los presos nos son negados. Fui revisado por un médico de la Corte que dictaminó que debo tener atención médica permanente. Solo posible cumpliendo la condena en mi domicilio (con la restricción correspondiente).
Pero el Tribunal prefiere que se profundice mi estado de salud (recientemente, en marzo, fui internado en un hospital de Ezeiza) ¿Apuntan a mi muerte? Algo posible por las secuelas de la operación.
Mientras tanto, la “justicia” sigue concediendo prisión domiciliaria a los genocidas.
Como siempre, estoy en manos del pueblo y la militancia popular que siempre me acompaño hasta lograr la libertad.
Boli
Abril de 2014
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