+-+copia.jpg)
Mañana todos al puente! Maxi y Darío presentes!!
Este jueves 26 se cumplirán 12 años del asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán a manos de la policía Bonaerense durante la presidencia de Eduardo Duhalde. Una vez más el campo popular argentino sale a las calles a recordar a los compañeros caídos en la lucha por otro país, y a continuar el camino de liberación en el que ellos dejaron la vida.
Maxi y Darío son símbolos inmortales de la resistencia a una época nefasta de nuestra historia. Son un símbolo de ese pueblo que emergió en Cutral Có, Tartagal y Mosconi a mediadios de los 90, cuando la victoria del neoliberalismo parecía absoluta e incuestionable. Ese pueblo que supo renovar las luchas que la dictadura había ahogado en sangre para instaurar el peor sistema de miseria económico-político de la historia del país. El pueblo argentino, que se levantó por su dignidad para decir basta a la entrega indiscriminada de nuestro patrimonio, a la pobreza y la marginación social, levantando piquetes y barricadas que desde el interior del país fueron avanzando hasta copar los principales centros urbanos, haciéndolos estallar en el 2001.
Pero lamentablemente no supimos construir como pueblo una alternativa política que disputara el poder a la clase política parásita en ese momento de debilidad. Y así fue que la lucha siguió siendo de resistencia en un contexto en que la pobreza y la desocupación seguían creciendo a pesar del enorme nivel de movilización popular.
En ese contexto fueron asesinados Maxi y Darío, el 26 de junio de 2002, en una masacre perpetuada por la Bonaerense por orden directa del ejecutivo para reprimir una gran movilización que trabajadores desocupados en el puente pueyrredón. Su crimen intentó ser una medida ejemplificadora, que cortara de raíz la movilización popular que ponía el conflicto social en el centro de la agenda. Pero como tantas veces en la historia, las balas de los poderosos no pudieron matar los sueños justos de liberación de los pueblos. Maxi y Darío son hoy una bandera de nuevas generaciones que nacieron al calor de esas luchas y que las retoman como una continuación de todas las luchas del pueblo argentino por la independencia y la emancipación social.
Honrarlos es nuestra tarea, y debemos hacerlo sosteniendo la resistencia a los proyectos liberales, resistencia que ellos supieron encarnar y por la cual dejaron la vida, en momentos en que esos proyectos se reorganizan y cobran fuerza para volver a gobernar y saquear a la Patria y su pueblo. Pero también, y fundamentalmente, debemos construir en esa resistencia una alternativa política popular que de una vez y definitivamente dispute de verdad el poder político y la dirección del Estado, para avanzar hacia la liberación de la Patria y una verdadera justicia social.
Maxi y Darío viven en la resistencia del pueblo argentino. Por ellos, por tantos otro que cayeron por la Patria, y por la dignidad de nuestro pueblo, es preciso que nos unamos bajo su ejemplo para transformar esa resistencia en victoria.
0 comentarios :
Publicar un comentario